martes, 25 de diciembre de 2007

Es navidad



No aparcan, sino que aterriza en huecos, aceras, doble, triples filas y de sus puertas al unísono salen en tropel y a velocidad galopantes entran en tiendas, comercios, súper e hiper . Sus movimientos son rápidos, las manos y ojos se sincronizan para llenar sus cestas: Esta caja, la otra, aquella de más allá, son compras de hiper-impulso. Más que una cesta es necesario un serillo.

Los villancicos son estridentes y rápidos obligan a acelerar el ritmo, a correr de esta tienda aquella. Compra, envuelve y regala. Todos ven pero nadie mira, ni pasean ni caminan solo correr para celebrar la navidad.

Rebosan bolsa, cajas, plásticos, cartones,... porque vamos a celebrar la navidad. Las prisas han contagiado mi ritmo y el frío se ha convertido en un débil sudor. Ya acabo, ahora ando y acompaño con simulados estiramientos. Son dos, están en la oscuridad, rebuscan, remueven, cogen y guardan. Los miro y me miran, desvían la vista. Remueven, buscan, cogen y guardan.

Los coches tienen escarcha, la acera esta húmeda, el sol tímido, el frío se cuela, una pareja pasea, un viejo busca un rayo de sol, el asfalto sin coches, yo hoy cruzo el semaforo con el muñeco en rojo.

Rebosan más bolsas, más cajas, más plásticos, más cartones porque hoy ya es navidad.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Corre, corre,.... que te cuelgan.


Filipides, Soldado griego, que tras recorrer 40 km. Y anunciar la victoria sobre los persas murió de fatiga.

Desde aquel hecho histórico, allá por el 490 adC, hasta nuestros días han pasado muchísimos kilómetros por los pies del ser humano. Filipides utilizó el mejor medio de comunicación que disponían en esa época. Este medio, es decir andar o correr, se ha utilizado casi hasta la edad moderna, como un medio seguro, de cierta rapidez y eficacia (no había otra).

Sin dejar esto de los ejércitos, recordamos a las legiones romanas, perfectamente alineadas y disciplinadas, que se desplazaban militarmente haciendo grandes marchas e incluso sus batallas, eran diseñadas en estrategias a pie con un ingente de soldados que ha inspirado las mejores películas de “romanos”.

Por avanzar un poco, será en la edad media donde esos ejércitos se transforman basados en un principio “tienes: vas a caballo y mandas. No tienes: a pie y a guerrear”, que vamos a decir de esta época en la que se empieza a diferenciar al “currito” del “señorito”.

Será a finales del siglo XX cuando la inmensa mayoría de las personas hemos llegado a disponer de medios de locomoción que nos dan la posibilidad de movernos y recorrer grandes distancias o simplemente ir de mi casa a la plaza para tomar café.

Después de haber superando “las ansias” de utilizar el coche para todo, parece ser que surgen iniciativas como “vamos a andar”, practicamos deporte de forma moderada o incluso emulamos a aquel extraordinario soldado Filipides realizando carreras de grandes distancias. Vamos que desde que Filipides, se dió esa “corría” por obligación, hasta nuestros días, en el que el correr por correr es ocio, habría mucha tela que cortar.

Creo que sería un iluso el decir que hoy sólo corremos por ocio y como forma de mejorar nuestra calidad de vida. También se sigue corriendo por obligación: El que huye de la policia, el que llega tarde al trabajo, el que va a perder el autobús,… el que llega por navidad.

Lo he dicho bien: “él que llega por navidad”, porque ha estos no se en que grupo encuadrarlos y incluso, su realidad, es que de momento no corren.

Y es más “él”, es plural porque son muchos, muchísimos, hasta tal punto son tantos que pueden convertirse en una plaga que no llegan ni siquiera a la categoría de “mil euristas”.

Gorro rojo con borde banco, chaquetón rojo con borde blanco, pantalón rojo, botas negras y muchos llevan un saco. La vedad, que en esto les envidio, porque estoy seguro que cada mañana no se preguntan: ¿Hoy que me pongo?.

Ahora!, su trabajo es tortuoso y de juzgao de guardia. Colgaos por ventanas, balcones, paredes, chimeneas, con escaleras o sin ellas, con saco o sin saco, con luces o sin luces, sus posturas, siempre en contra de cualquier norma de higiene y salud laboral, estiras de la manos, pies en imposibles equilibrios, troncos doblados, cabezas torcidas, cuellos doblados y lo más sangrante son obligados a realizar un exceso de horas, no estar dados de alta en la SS, no cumplir las medidas de seguridad, sometimientos a inclemencias de temperaturas extremas, etc.

Y llegado a este punto, te preguntarás: ¿y aquel héroe griego llamado filipides que tiene que ver con estos de rojo?

Pues te digo: “que mucho”.

Desde Filipides a nuestros días, se han conseguidos adelantos jamás imaginables y se han conseguido derechos que parecían utopías, sin embargo mantenemos un subconsciente atávico que nos hace brotar el principio del medievo: “tienes: vas a caballo y mandas. No tienes: a pie y a guerrear” y es mi deseo que desde ya, para el año que viene y sucesivos que los adelantos inimaginables lleguen a todos, que los derechos conseguidos sean para todos y que tú destierres del subconsciente el principio atávico “pa mi y sólo pa mi”.

Y ha estos de rojo, que son colgados en las posturas mas indolentes, bajo temperaturas siberianas, en jornadas laborales interminables e incumpliendo las mínimas normas laborales, les pido que digan: “Me niego” y hasta que lleguen a correr por correr, al menos que corran por navidad para que no les cojan y les cuelguen.