lunes, 21 de abril de 2008

Los libros te hablan




“En la hora incierta de antes de la mañana
Cerca del fin de la noche interminable…”

T.S. Eliot.

“A Eduardo le gusta correr; ese hábito del deporte aeróbico lo adquirió hace unos años. Antes, jugó al básquetbol en forma amateur. Un día acepto la invitación de un amigo para que corrieran por la rambla. Vive en una ciudad que ofrece veintidós kilómetros de vereda junto a la costa casi son cruces u obstáculos para hacerlo. Cada vez son más los que corren. Temprano a la mañana o luego del atardecer, salen a extenuarse, a resoplar, a empaparse de sudor porque sí. No corren para superar a nadie, salvo a sí mismos. Para Eduardo, correr es un asunto solitario, una compulsión inexorable que lo obliga tres o cuatro veces por semana a lanzarse durante cinco, seis, siete kilómetros en busca del extraño éxtasis que provoca la producción acelerada de hormonas, la natural secreción de sustancias que invaden la sangre y ayudan a pensar diferente, a ver asuntos desde otros ángulos. A concebir ideas extrañas y – claro – a transformar dolor en placer. También es una forma de huir, de zafar de sí mismo. Eso es lo que le pasa últimamente: está bajo presión, por eso salir a correr es un alivio pasajero y una coartada. Las presiones son muchas y cada vez corre más, aunque lo hace son método y sin un plan regular. Lo hace, en especial, cuando se siente a punto de estallar. No sabe qué podría hacer en vez de correr; probablemente bebería o sería un individuo violento. Correr es su vicio y también su salvación.
Cuando tu mundo se difumina, tu familia se oculta, tu trabajo te absorbe. Cuando el correr es inútil,... es en ese momento cuando te domina tú corredor nocturno.”
Título: El Corredor nocturno.
Autor: Hugo Burel (Nacido en Montevideo, en 1951. Es Licenciado en Letras y trabaja como publicista, docente y periodista).
Editorial Alfaguara.

Porque leer no es un lujo y lo tienes a tu alcance: Corre, abre un libro y lee.

El corredor Nocturno, desde un lenguaje de un país “del fin del mundo”, hoy tierra de hermanos, te hará entrar en una novela, donde el correr queda en un segundo plano, para dar paso a la afloración de la capacidad subversiva del hombre para llegar al poder.

A partir de ese instante, no tienes fin, no tienes límite. Las reglas son otras: Ansias de poder, recelo, soberbia, mentiras, trampas, juego sucio, competitividad desmedida. Estas dentro de la sociedad decadente.

Cuando el correr no te lleva a ninguna parte, cuando el corredor nocturno impone la ley del más fuerte, del más apto, del más competitivo, del egoísta en estado puro, del indiferente, cuando detrás de ti no miras lo que va quedando,… no olvides que no es fruto del azar, sino que estas pagando un precio.

Nota final: Nada es casual, el próximo en saltar por la ventana…. puedes ser tú.