domingo, 30 de septiembre de 2012

De donde fue nombrado caballero


Amadís de Gauda, don Belianis de Grecia, Orlando furios de Ariosto, el Caballeros del Febo, Don Olicante de Laura, Florismarte de Hircania El caballero Platir, Palmerín de Oliva, el  caballero Tirante el Blanco, don Kirieleison de Montalván, el Pastor de Iberia, Ninfas de Henares y Desengaño de Zelos,…  grandes caballeros de grandes aventuras, ejemplos de la sinrazón que ilustran este buscador de desventuras, que en ellas desea la noche de vela en armas que le hagan caballero que iguale a sus ilustres.
Adormijado, donde casi todo andaba preparado. Con lento desperece logro enfundar mis pies en colorineros calcetines. Seguidamente y de manera instintiva enlazo cada uno de los cordones de las zapatillas. Tres pasos – no puede ser-. Pie izquierdo y pie derecho muestran desiguales zapatillas,  con singular presteza deshago singular entuerto.
Puerto Lapice, de manera lenta se asoma con aire soñoliento, no en vano andaba en ferias y fiestas. No acabamos de entrar en su plaza (en otro anuncio de villa arriba o villa abajo) que en sus calles se divisa el ajetreo de quien con singular esfuerzo de batalla con brazo de hierro mueve vallas, estira cintas, da gritos, corre para un lado, para el otro, desaparece con su coche, alza los brazos, y entre tanto le da tiempo a dirigir una rápida sonrisa.
Tras un sincrónico balanceo y hacer un recorrido analítico del recorrido, La temperatura muscular adquiere el equilibrio perfecto para dar pequeños saltos de impaciencia en la divisoria línea de salida.
Cierta inquietud trazan miradas. La vigilancia de soslayo parece relajarse para dar lugar a la pregunta: ¿Qué pasa? ¿Dónde está?. El encogimiento de hombros y los signos de desconocimiento se tornan en desconcierto. Diez minutos después de las 10,00 horas, con prisa acelerada agita las manos, sitúa su coche en señal de ser el guía del primero y con voz complaciente nos dice: – todo está listo. Algún c… ha quitado las citas, pero ya están puestas-. Abre la puerta de su coche, para posar los pies sobre su entrada y con figura erguida, retando a todos los que en batalla quieren entrar, agita el brazo y con voz firme y fuerte, grita -¡Vamos!-.
Tras la recién experiencia de mi estrategia “¡temblad! ¡temblad!”, esta vez no será el miedo. Será la fuerza y el vigor de una primera vuelta frenética. Sin tregua y con paso firme consigo obtener la ventaja, dominar el ritmo seguro que por sí sólo aventura crear una distancia ganadora.
Rondado en la segunda vuelta, se desperdigan como rosario a lo largo del recorrido, pareciendo nobles corredores en batalla, donde en este mismo lugar se nombro al gran caballero de la Triste Figura.
Aquel que corre como con  armas en jalde,  parece el valeroso Laurcalco, señor de la Puente de Plata. El otro, que por el trote jadea, asemeja al temido Micocolembo, gran duque de Quirocia. Por el otro lado al siempre vencedor y jamás vencido Timonel de Carcajona, príncipe de la Nueva Vizcaya, liza en singular velocidad para ser el primero en cruzar la meta, y no son de  olvidar aquellos noveles aprendices del llamado Pierres Papin, señor de las baronías de Utrique. Son muchos los nobles corredores que andan en liza de tan singular batalla corredora.
La tercera y última vuelta, tras el escudo con esparraguera que dice “Rastrea mi suerte” del poderoso duque de Nervia, Esparfilardo del Bosque, me vislumbra que el fiel de la balanza  se ha puesto de mi lao.
Dejo mi mente divagar, me olvido del esfuerzo y sólo espero que a la vuelta de la esquina, y una vez dejado de lado el castillo donde tan valerosos caballero manchego velo sus armas, será en ese momento cuando mis brazos se alcen en señal de victoria y bien nombrado caballero.
Corriendo disfrutas, ejercitas tu cuerpo, haces revivir la aventura de aquellos otros que nunca existieron o solamente al mover las piernas recordamos nuestra primigenia ancestral de que nacimos para correr y sobre ello hemos evolucionado. En estos y de esta manera me encontraba en divagante pensamiento, cuando una voz resuena –Julián, ¿Quieres agua? -. Él, con su coche, con su entusiasmo y su garra trata de llegar a todos, de atender a todos, de mantener una carrera que la crearon en honor al gran corredor que en otro tiempo él siempre fue: Antonio Layos Buitrago.
Meta, alegría, descanso,.. el presidente del CA lagunero se acerca me felicita y dice:- creo que has sido el primero de veteranos B-. Yo pongo cara de sorpresa, pero ya lo sabía, porque la estrategia y la zancada desde el primer metro fue de un simpar ganador.
En casa y entre pasos de carros deposito, con exquisito cuidado, tan preciado trofeo. Lo miro, dos figuras una con lanza y otra detrás de forzada zancada que porta escudo lo ilustran.
Mientras desvisto mis ropas de “guerra”, mi cara esboza una sonrisa de felicidad y mi mente deja volar la imaginación para sentirme como aquel gran caballero de gran porte y lanza.
Mis lentos movimientos de desviste se queda petrificaos. Giro lentamente la cabeza, fijo la vista en el pie izquierdo, giro lentamente la cabeza a la derecha y fijo la vista en el pie izquierdo, es en ese preciso momento donde mi imagen de idílico triunfador como gran caballero se hace añicos. Ahora sé que la estrategia minuciosamente ejecutada en cada vuelta no funcionó, que la distancia sabiamente lograda fue una mera quimera, que todo aquello no fue paso por un castillo sino que es venta y que yo aquella mañana adormecido solamente tuve la fortuna de que por descuido me calce unos calcetines del revés.
1º Veterano B (Puerto Lápice 2mil12)

DEDICATORIA: Este ilusionante trofeo se lo dedico a todos aquellos que de vez en cuando bucean por este angosto paraje que aunque no es secarral es lugar de poco vergel.
Fede esta vez estaba escrito, aunque haya sido por la suerte de llevar los calcetines del revés.

JMR